Sí, si, soy consciente de que me he saltado el número (15). Que no cunda el pánico. Lo que pasa es que necesito sacar esta entrada cuanto antes, pero resulta que la víctima de la edición número quince de innombrables está destinada a una celebración concreta, así que tengo que alterar el orden. Not big deal.
En fin, como iba diciendo... dieciséis van ya, malditos.
Lo primero que voy a hacer en esta ocasión es advertiros de que esta entrada no va a ser especialmente sangrienta. Al contrario que la víctima de la edición anterior (que publicaré la semana que viene, no me os impacientéis), los dos libros de los que vengo a hablar hoy no me han inspirado demasiado. En fin, me lo tomaré como un respiro.
Las víctimas de hoy han sido agrupadas por pura coincidencia temporal. No tienen nada en común: una es una especie de distopía futurista (o un intento de) y la otra es una novela de fantasía-ciencia-ficción raruna (o un intento de)[Zarza: sospecho que lo de raruno lo consigue].
Tengo hambre y no me apetece enrollarme con preámbulos, así pues, sin más dilación, aquí os las dejo.
La cinta de Moebius, de César Colomer
[Zarza:¿por qué la gallina cruzó la cinta de Moebius?... ¡Para llegar al mismo lado!]
El primer libro que hoy aterriza en esta sección, queridos hierbajos, nos llega de parte de un espontáneo. Mis Malas Hierbas saben que no es mi costumbre ser tan severa con las víctimas voluntarias, así que hasta ahora me había abstenido de meter a ninguna de ellas en la sección de Innombrables. No obstante, en esta ocasión me veo incapaz de redactar una crítica de esta novela. De verdad: no puedo. Esto es demasiado.
¿De qué va este libro?
«El siglo XXII, una carretera poco frecuentada, una sociedad dominada por el hedonismo, un mundo feliz... Sin saber quien es, ni de donde viene, aparece un muchacho que no encaja, parece procedente de otras épocas... Su presencia alterará la vida de una familia. Una historia de amor adolescente rodeada de misterio, entre dos mundos, dos sociedades, dos épocas diferentes, que terminan por tejer una extraña cinta de Moebius.»
O sea… Un mundo feliz, de Aldous Huxley[«una sociedad dominada por el hedonismo», «un mundo feliz», un personaje que llega desde el exterior de esta sociedad futurista...]. Felizmente mal escrito: hasta a la sinopsis le faltan tildes diacríticas en las preguntas indirectas.
La triste realidad, por otro lado, es que no sé cómo describiros lo poco que he leído de esta novela[no, no la he leído entera: mi determinación se quebró en la página 25, de más de 500. Que cada cual saque sus propias conclusiones].
El libro comienza con un «prólogo» que no es sino la autobiografía del autor. Y admito que no entiendo qué pinta eso ahí (no hablemos ya de por qué alguien lo llamaría «prólogo»), como no sea un intento de predisponer al lector a favor del autor a base de contarle sus miserias personales. Ojo: no quiero decir que el autor tuviese la intención de manipular emocionalmente al lector con este prólogo [o quizá sí era su intención, quién sabe. Pero... ah, el arte de la manipulación, me temo, queda reservada a los escritores que de verdad merecen tal nombre], lo que quiero decir es que ese pegote ahí metido no tiene absolutamente ninguna justificación narrativa y, diré más, encima aporta ya de entrada una muestra de la prosa del autor que resulta poco o nada favorecedora (selección de elementos cuestionable, texto plano, resumen narrativo…).
Del libro en sí… Tenemos una voz narrativa omnisciente que nos cuenta la historia en presente, disparando explicaciones a discreción: descripciones completamente planas del mundillo futurista este, precisiones sobre la personalidad, pensamientos, emociones y motivaciones de los personajes… Información para el lector en todos los formatos, de hecho, no solo por parte del narrador: los diálogos de los personajes están también orientados a informar al lector de TODO, independientemente de si el personaje ya debería conocer esa información [hay una conversación entre dos policías, por ejemplo, en la que uno le explica al otro cosas que ambos ya deberían conocer, dado que es su mundo] o si se trata de una conversación con ese otro personaje tan conveniente que es el niño salido de otra época, al cual hay que írselo explicando todo.
La prosa es completamente plana, carece de una adecuada selección de elementos y la redacción es llamativamente infantil. Se aprecia un evidente esfuerzo de crítica social absolutamente indiscreta y remasticada. El formato a veces hace cosas raras (como los puntos descarriados y los rabitos de eñe que se materializan sobre las rayas de diálogo de cuando en cuando).
Todo lo que puedo pensar ahora mismo es… WTF?
En fin, como estoy a favor de permitir que los libros hablen por sí solos, os dejo aquí algunas muestras para que podáis juzgar por vosotros mismos:
Explicaciones, explicaciones:
«Estela, por un lado le da la razón, ve que Luna ha madurado mucho, en un par de años ha dado un gran cambio, se ha hecho una mujer, se alegra sinceramente, siente autosatisfacción, pero inconscientemente se resiste, las sensaciones que le han proporcionado sus hijos los últimos veinte años es algo muy importante, algo que en poco tiempo pasará a la historia. Ojalá tuviera la tranquilidad de Marcos, su facilidad de encontrar sustituto.» Debo confesar que hacía mucho tiempo que no me topaba con este nivel. Ya no es solo las explicaciones; fijaos en la puntuación.
Crítica social discretamente discreta:
«—Es que estaba montado para eso, para sentir envidia, las empresas, en su afán de vender, convencían a las personas de que necesitaban cosas totalmente inútiles: aparatos, coches... todo, si no lo tenías, no eras feliz, el placer estaba en poseer y poseer.
—Me hace gracia, parece mentira que la gente fuera tan tonta, algo pondrían de su parte, entonces ya tenían libertad y democracia.
—La publicidad era muy taimada, actuaba por detrás, buscando el subconsciente, lograba que realmente sintiéramos necesidad de las cosas, al conseguirlas, queríamos otra cosa ligeramente diferente... Sin darnos cuenta, decidíamos libremente lo que querían que decidiéramos.» Sutil, ¿eh?
Apartes muy teatrales:
«—Y a ver si nos da el aire y el sol (riéndose)... que estamos muy blancuzcos.»
Las «aproximaciones» no son el fuerte de César Colomer:«pensada para albergar unos 32 habitantes [Zarza: y 2 niños]», «pensada para aproximadamente 128 vecinos [Zarza: y 5,6 perros]». Son aproximadamente las 8:37. Aproximadamente.
Cuando entra en escena el chico este de otra época (al cual una familia de buenos samaritanos se lleva a su casa así de buenas a primeras), el narrador comienza a incluir los pensamientos entre comillas de aquí el amigo, que juega el papel de extraterrestre que aterriza en un nuevo planeta y lo mira todo con ojos de recién nacido que nada sabe. Así tenemos la excusa para opinar sobre lo eficiente/ingenuo/bueno/malo/lo-que-se-tercie que es el nuevo sistema. Ejemplo: «"¡¡Madre mía!! —Dani no sale de su asombro—, dónde me he metido, ahora la hermana desnuda, sin el más mínimo pudor, anda que se ha tapado, ya no es una niña, menudo cuerpazo. Desde luego que tienen unas costumbres extrañas en esta casa, no sé si lograré acostumbrarme, me siento incómodo, estoy totalmente fuera de lugar."»¿La gente de verdad piensa así en su fuero interno? Creepy.
En este libro, las explicaciones son como las noticias en el CNN24h, es decir, ni bajo el agua: «Dani se siente inseguro, no sabe muy bien hasta qué punto puede confiar, se siente solo, sin tener con quien poder sincerarse, a Titán y Luna apenas los conoce, le han caído bien, sobre todo Luna, que se pasea en pelota picada por la casa es muy cariñosa, y se portan de maravilla, pero por otra parte, son diferentes, no termina de entender su falta de pudor. Por una parte tan frívolos, por otra tan serios.» Coma, coma, coma, coma, coma, coma, coma, jódete, Flanders.
Y… esto es un coñazo, así que lo voy a dejar.
Anda, vamos con el siguiente.
Incursores de la noche, de Déborah Fernández Muñoz
Esta recomendación me llegó de la mano de una hierbecilla llamada Darkside Girl. Y cierto es que la muchacha nos mandó esta sugerencia con no poca mala baba y ganas de sangre, pero… creo que se va a sentir un poco decepcionada con lo que tengo que decir de este libro.
Seamos claros: no he buscado información sobre la autora ni voy a hacerlo (y ay de aquel que ose sacarme de mi bendita ignorancia). He leído este libro pensando que es fruto del duro trabajo de una chiquilla de unos doce años, y soy muy feliz así. La historia es ciertamente entrañable. Y, diréis, ¿por qué incluyo la novela en esta sección si estoy tan contenta? Porque, en fin, con doce años no se escriben precisamente obras de arte.
Bueno, intro sinopsis:
«Kati se ve envuelta en una conspiración cuyas dimensiones desconoce y decide huir de la empresa religiosa donde ha vivido desde que nació.
Desesperada, acepta la ayuda de Ares, un apuesto incursor semielfo por el que siente una extraña atracción.
No obstante, Kati todavía no está a salvo, así que Ares moviliza a toda su banda para protegerla, descubrir qué es lo que quieren de ella... y utilizarlo en contra de sus perseguidores.»
Pues, como iba diciendo, esta es la entrañable historia de aventuras de cuando tienes doce años. Tenemos un montón de cosas de esas entrañables que tanto nos gustan de peques: humanos, elfos, orcos, nigromantes, semielfos guapos que nos hacen tilín… y Mary Sues con poderes secretos y extraordinarios, tan secretos y tan extraordinarios que ellas mismas desconocen que son más poderosas que un dios, ¡pero ya se enterarán! [Zarza: ya nos enteraremos todos. Creedme: os vais a enterar.]
No hay nada que decir de esta historia. El texto es plano, carece de intención comunicativa, abundan las explicaciones y el resumen narrativo constituye como mínimo una tercera parte del total de la novela. Si hay algo que me ha llamado la atención es que, a pesar de que la madurez de la narración me hace pensar honestamente en una preadolescente, la puntuación es sorprendentemente buena (de vez en cuando hay alguna metida de pata monumental, pero en general está bien). Por supuesto, los buenos son buenos y los malos son malos[Zarza: y los incursores semielfos están buenos], y no hay necesidad de plantearse dilemas morales: los buenos pueden matar sin remordimientos a un pelotón de guardias inocentes a los que los mandamases han enviado a pegar tiros sin decirles siquiera por qué, no pasa nada, porque los buenos son buenos [Zarza: y los incursores semielfos están buenos] y van a seguir siéndolo maten a quien maten.
En conjunto, esta novela parece un fic crossover extraño entre la Tierra Media y World of Warcraft. Y el final de la historia, aparte de que la Mary Sue salva el día con sus fantabulosos poderes especiales que hasta hace dos días no conocía siquiera, es el típico final de película de superhéroes: se cargan al malo, el bien triunfa y los buenos se levantan contra la opresión de sus gobiernos corruptos y arreglan todas las miserias del mundo. Felicidad en estado puro.
Y de verdad que no tengo nada más que decir de este libro, pero voy a echar un ojo a ver si tengo apuntada alguna cita o nota que merezca la pena mencionar aquí… No, os prometo que no hay nada. Es que no me sale reírme de pezqueñines. Es todo demasiado entrañable. Quiero decir: el semielfo con el que se lía la prota es príncipe del pueblo élfico, ¿vale?; y todos los bichos estos sacados del universo Tolkien (elfos, enanos y medianos) vienen, literalmente, de otro planeta. What is there not to like? Hay una ex novia celosa que intenta matar a Mary Sue, lo cual propicia el momento «mi poder explota» de la prota; también hay un personaje de una hacker que se llama PF y a la cual yo llamo cariñosamente PDF. Los dos tórtolos son almas gemelas, o seleen inima [Zarza:¿cómo dices que se leen?] (como les llaman en esta versión los elfos), y se pasan todo el día dándose «apasionados besos»; y la tórtola, aparte de ser más poderosa que un dios, tiene de tótem protector a un dragón de la nieves (pero no le dejan invocarlo, *sad face*, porque es tan poderosa que tener un dragón de mascota ya iba a ser un poco abusón de su parte, ya sabéis). Y cada vez que el enano se pone a maldecir, todo el mundo se sonroja [Zarza: porque los enanos son camioneros].
Os dejo solamente la siguiente cita, que aparece, literalmente, en la última página de la novela y constituye la justificación del título (porque es la primera vez que se menciona tal información):
«La versión oficial (del nombre Incursores de la noche), [Ortiga: toma coma entre sujeto y predicado] es que la noche es silenciosa y la oscuridad nos ampara, pero la hermosura de sus estrellas nos llena de esperanza y el poder de la luna nos da fuerzas para defender la justicia.» Amén.
Y eso es todo, hierbajos.
Con amorr,
O.
En fin, como iba diciendo... dieciséis van ya, malditos.
Lo primero que voy a hacer en esta ocasión es advertiros de que esta entrada no va a ser especialmente sangrienta. Al contrario que la víctima de la edición anterior (que publicaré la semana que viene, no me os impacientéis), los dos libros de los que vengo a hablar hoy no me han inspirado demasiado. En fin, me lo tomaré como un respiro.
Las víctimas de hoy han sido agrupadas por pura coincidencia temporal. No tienen nada en común: una es una especie de distopía futurista (o un intento de) y la otra es una novela de fantasía-ciencia-ficción raruna (o un intento de)[Zarza: sospecho que lo de raruno lo consigue].
Tengo hambre y no me apetece enrollarme con preámbulos, así pues, sin más dilación, aquí os las dejo.
La cinta de Moebius, de César Colomer
[Zarza:¿por qué la gallina cruzó la cinta de Moebius?... ¡Para llegar al mismo lado!]
El primer libro que hoy aterriza en esta sección, queridos hierbajos, nos llega de parte de un espontáneo. Mis Malas Hierbas saben que no es mi costumbre ser tan severa con las víctimas voluntarias, así que hasta ahora me había abstenido de meter a ninguna de ellas en la sección de Innombrables. No obstante, en esta ocasión me veo incapaz de redactar una crítica de esta novela. De verdad: no puedo. Esto es demasiado.
¿De qué va este libro?
«El siglo XXII, una carretera poco frecuentada, una sociedad dominada por el hedonismo, un mundo feliz... Sin saber quien es, ni de donde viene, aparece un muchacho que no encaja, parece procedente de otras épocas... Su presencia alterará la vida de una familia. Una historia de amor adolescente rodeada de misterio, entre dos mundos, dos sociedades, dos épocas diferentes, que terminan por tejer una extraña cinta de Moebius.»
O sea… Un mundo feliz, de Aldous Huxley[«una sociedad dominada por el hedonismo», «un mundo feliz», un personaje que llega desde el exterior de esta sociedad futurista...]. Felizmente mal escrito: hasta a la sinopsis le faltan tildes diacríticas en las preguntas indirectas.
La triste realidad, por otro lado, es que no sé cómo describiros lo poco que he leído de esta novela[no, no la he leído entera: mi determinación se quebró en la página 25, de más de 500. Que cada cual saque sus propias conclusiones].
El libro comienza con un «prólogo» que no es sino la autobiografía del autor. Y admito que no entiendo qué pinta eso ahí (no hablemos ya de por qué alguien lo llamaría «prólogo»), como no sea un intento de predisponer al lector a favor del autor a base de contarle sus miserias personales. Ojo: no quiero decir que el autor tuviese la intención de manipular emocionalmente al lector con este prólogo [o quizá sí era su intención, quién sabe. Pero... ah, el arte de la manipulación, me temo, queda reservada a los escritores que de verdad merecen tal nombre], lo que quiero decir es que ese pegote ahí metido no tiene absolutamente ninguna justificación narrativa y, diré más, encima aporta ya de entrada una muestra de la prosa del autor que resulta poco o nada favorecedora (selección de elementos cuestionable, texto plano, resumen narrativo…).
Del libro en sí… Tenemos una voz narrativa omnisciente que nos cuenta la historia en presente, disparando explicaciones a discreción: descripciones completamente planas del mundillo futurista este, precisiones sobre la personalidad, pensamientos, emociones y motivaciones de los personajes… Información para el lector en todos los formatos, de hecho, no solo por parte del narrador: los diálogos de los personajes están también orientados a informar al lector de TODO, independientemente de si el personaje ya debería conocer esa información [hay una conversación entre dos policías, por ejemplo, en la que uno le explica al otro cosas que ambos ya deberían conocer, dado que es su mundo] o si se trata de una conversación con ese otro personaje tan conveniente que es el niño salido de otra época, al cual hay que írselo explicando todo.
La prosa es completamente plana, carece de una adecuada selección de elementos y la redacción es llamativamente infantil. Se aprecia un evidente esfuerzo de crítica social absolutamente indiscreta y remasticada. El formato a veces hace cosas raras (como los puntos descarriados y los rabitos de eñe que se materializan sobre las rayas de diálogo de cuando en cuando).
Todo lo que puedo pensar ahora mismo es… WTF?
En fin, como estoy a favor de permitir que los libros hablen por sí solos, os dejo aquí algunas muestras para que podáis juzgar por vosotros mismos:
Explicaciones, explicaciones:
«Estela, por un lado le da la razón, ve que Luna ha madurado mucho, en un par de años ha dado un gran cambio, se ha hecho una mujer, se alegra sinceramente, siente autosatisfacción, pero inconscientemente se resiste, las sensaciones que le han proporcionado sus hijos los últimos veinte años es algo muy importante, algo que en poco tiempo pasará a la historia. Ojalá tuviera la tranquilidad de Marcos, su facilidad de encontrar sustituto.» Debo confesar que hacía mucho tiempo que no me topaba con este nivel. Ya no es solo las explicaciones; fijaos en la puntuación.
Crítica social discretamente discreta:
«—Es que estaba montado para eso, para sentir envidia, las empresas, en su afán de vender, convencían a las personas de que necesitaban cosas totalmente inútiles: aparatos, coches... todo, si no lo tenías, no eras feliz, el placer estaba en poseer y poseer.
—Me hace gracia, parece mentira que la gente fuera tan tonta, algo pondrían de su parte, entonces ya tenían libertad y democracia.
—La publicidad era muy taimada, actuaba por detrás, buscando el subconsciente, lograba que realmente sintiéramos necesidad de las cosas, al conseguirlas, queríamos otra cosa ligeramente diferente... Sin darnos cuenta, decidíamos libremente lo que querían que decidiéramos.» Sutil, ¿eh?
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MUAJAJAJAJAJA. |
«—Y a ver si nos da el aire y el sol (riéndose)... que estamos muy blancuzcos.»
Las «aproximaciones» no son el fuerte de César Colomer:«pensada para albergar unos 32 habitantes [Zarza: y 2 niños]», «pensada para aproximadamente 128 vecinos [Zarza: y 5,6 perros]». Son aproximadamente las 8:37. Aproximadamente.
Cuando entra en escena el chico este de otra época (al cual una familia de buenos samaritanos se lleva a su casa así de buenas a primeras), el narrador comienza a incluir los pensamientos entre comillas de aquí el amigo, que juega el papel de extraterrestre que aterriza en un nuevo planeta y lo mira todo con ojos de recién nacido que nada sabe. Así tenemos la excusa para opinar sobre lo eficiente/ingenuo/bueno/malo/lo-que-se-tercie que es el nuevo sistema. Ejemplo: «"¡¡Madre mía!! —Dani no sale de su asombro—, dónde me he metido, ahora la hermana desnuda, sin el más mínimo pudor, anda que se ha tapado, ya no es una niña, menudo cuerpazo. Desde luego que tienen unas costumbres extrañas en esta casa, no sé si lograré acostumbrarme, me siento incómodo, estoy totalmente fuera de lugar."»¿La gente de verdad piensa así en su fuero interno? Creepy.
En este libro, las explicaciones son como las noticias en el CNN24h, es decir, ni bajo el agua: «Dani se siente inseguro, no sabe muy bien hasta qué punto puede confiar, se siente solo, sin tener con quien poder sincerarse, a Titán y Luna apenas los conoce, le han caído bien, sobre todo Luna, que se pasea en pelota picada por la casa es muy cariñosa, y se portan de maravilla, pero por otra parte, son diferentes, no termina de entender su falta de pudor. Por una parte tan frívolos, por otra tan serios.» Coma, coma, coma, coma, coma, coma, coma, jódete, Flanders.
Y… esto es un coñazo, así que lo voy a dejar.
Anda, vamos con el siguiente.
Incursores de la noche, de Déborah Fernández Muñoz

Seamos claros: no he buscado información sobre la autora ni voy a hacerlo (y ay de aquel que ose sacarme de mi bendita ignorancia). He leído este libro pensando que es fruto del duro trabajo de una chiquilla de unos doce años, y soy muy feliz así. La historia es ciertamente entrañable. Y, diréis, ¿por qué incluyo la novela en esta sección si estoy tan contenta? Porque, en fin, con doce años no se escriben precisamente obras de arte.
Bueno, intro sinopsis:
«Kati se ve envuelta en una conspiración cuyas dimensiones desconoce y decide huir de la empresa religiosa donde ha vivido desde que nació.
Desesperada, acepta la ayuda de Ares, un apuesto incursor semielfo por el que siente una extraña atracción.
No obstante, Kati todavía no está a salvo, así que Ares moviliza a toda su banda para protegerla, descubrir qué es lo que quieren de ella... y utilizarlo en contra de sus perseguidores.»
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Os presento The Broship of the Ring. |
Pues, como iba diciendo, esta es la entrañable historia de aventuras de cuando tienes doce años. Tenemos un montón de cosas de esas entrañables que tanto nos gustan de peques: humanos, elfos, orcos, nigromantes, semielfos guapos que nos hacen tilín… y Mary Sues con poderes secretos y extraordinarios, tan secretos y tan extraordinarios que ellas mismas desconocen que son más poderosas que un dios, ¡pero ya se enterarán! [Zarza: ya nos enteraremos todos. Creedme: os vais a enterar.]
No hay nada que decir de esta historia. El texto es plano, carece de intención comunicativa, abundan las explicaciones y el resumen narrativo constituye como mínimo una tercera parte del total de la novela. Si hay algo que me ha llamado la atención es que, a pesar de que la madurez de la narración me hace pensar honestamente en una preadolescente, la puntuación es sorprendentemente buena (de vez en cuando hay alguna metida de pata monumental, pero en general está bien). Por supuesto, los buenos son buenos y los malos son malos[Zarza: y los incursores semielfos están buenos], y no hay necesidad de plantearse dilemas morales: los buenos pueden matar sin remordimientos a un pelotón de guardias inocentes a los que los mandamases han enviado a pegar tiros sin decirles siquiera por qué, no pasa nada, porque los buenos son buenos [Zarza: y los incursores semielfos están buenos] y van a seguir siéndolo maten a quien maten.
En conjunto, esta novela parece un fic crossover extraño entre la Tierra Media y World of Warcraft. Y el final de la historia, aparte de que la Mary Sue salva el día con sus fantabulosos poderes especiales que hasta hace dos días no conocía siquiera, es el típico final de película de superhéroes: se cargan al malo, el bien triunfa y los buenos se levantan contra la opresión de sus gobiernos corruptos y arreglan todas las miserias del mundo. Felicidad en estado puro.
Y de verdad que no tengo nada más que decir de este libro, pero voy a echar un ojo a ver si tengo apuntada alguna cita o nota que merezca la pena mencionar aquí… No, os prometo que no hay nada. Es que no me sale reírme de pezqueñines. Es todo demasiado entrañable. Quiero decir: el semielfo con el que se lía la prota es príncipe del pueblo élfico, ¿vale?; y todos los bichos estos sacados del universo Tolkien (elfos, enanos y medianos) vienen, literalmente, de otro planeta. What is there not to like? Hay una ex novia celosa que intenta matar a Mary Sue, lo cual propicia el momento «mi poder explota» de la prota; también hay un personaje de una hacker que se llama PF y a la cual yo llamo cariñosamente PDF. Los dos tórtolos son almas gemelas, o seleen inima [Zarza:¿cómo dices que se leen?] (como les llaman en esta versión los elfos), y se pasan todo el día dándose «apasionados besos»; y la tórtola, aparte de ser más poderosa que un dios, tiene de tótem protector a un dragón de la nieves (pero no le dejan invocarlo, *sad face*, porque es tan poderosa que tener un dragón de mascota ya iba a ser un poco abusón de su parte, ya sabéis). Y cada vez que el enano se pone a maldecir, todo el mundo se sonroja [Zarza: porque los enanos son camioneros].
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Luchando contra el troll en Moria. |
«La versión oficial (del nombre Incursores de la noche), [Ortiga: toma coma entre sujeto y predicado] es que la noche es silenciosa y la oscuridad nos ampara, pero la hermosura de sus estrellas nos llena de esperanza y el poder de la luna nos da fuerzas para defender la justicia.» Amén.
Y eso es todo, hierbajos.
Con amorr,
O.