Estaba yo pensando… ¿cómo es posible que los ebooks sean tan caros?
Hola, soy la furcia de Ortiga (otra vez). Quizá me recuerden de otras entradas con esta temática como En el nombre del ebook y El silencio de los correos.
He venido hoy a retomar el tema que dejé abierto con mi última entrada. ¿Recordáis que había decidido interrogar a Plataforma Neo sobre su criterio a la hora de fijar el precio de los ebooks? Pues, en vista de mi insistencia, terminaron respondiendo. Y, si bien al principio el diálogo fue sin duda frustrante y sin propósito, al final dieron una respuesta con la que por el momento me daré por satisfecha.
Como el proceso por el que he llegado hasta esta información es bastante poco interesante, una conversación un tanto de besugo que no les hace ningún favor, lo omitiré. Os proporcionaré solo las conclusiones[si alguien está aburrido y quiere entrar a Twitter a buscar mis mensajes, se lo pondré fácil: van firmados con «Atte. una Mala Hierba», podéis usarlo como criterio de búsqueda en el cajetín del buscador].
Plataforma Neo declara que «Los costes se calculan por título, incluyendo todos sus formatos.» Traducido al castellano, esto viene a querer decir que el precio de un formato (en este caso el digital) puede utilizarse para compensar las pérdidas o la menor rentabilidad de otro formato (el físico).
En mi humilde e ignorante opinión, considero que esto tiene cierto sentido. Como siempre decimos desde el Jardín: las editoriales no son Hermanitas de la Caridad, son empresas, su objetivo es generar beneficios. Si un formato no resulta (lo suficientemente) rentable, no es sino lógico buscar estrategias alternativas que ayuden a rentabilizarlo. A bote pronto se me ocurren tres opciones muy sencillas: incrementar el precio, abandonar el producto o cubrir parte de los costes con la venta de otro producto más barato y/o con más salida.
Entiendo que Plataforma Neo no esté dispuesta a renunciar todavía al formato papel, dado que una buena proporción de su público meta consiste en enamorados de la literatura y otras Wannabes, que adoran el «olor a libro nuevo» y pasar las páginas y todas estas cosas [yo estoy internamente convencida, mal que me pese (y ojalá me equivoque, porque en realidad yo también soy una romántica y me gusta oler los libros), de que el libro físico está condenado a la extinción en última instancia, pero todavía tardará un poco]. Si incrementar el precio del formato papel no va a funcionar (porque sabemos que no va a funcionar [volvemos al ejemplo del cine]) y tampoco puedes deshacerte de él, apoyarlo con otros productos no me parece un idea tan descabellada.
Cabe decir que, dentro de lo malo, Plataforma Neo no parece estar incrementando tanto el precio de sus ebooks: siete euros son solo dos euros por encima de lo que a mí personalmente me parecería un límite razonable para el precio de un ebook per se. Siguen siendo dos euros que estoy pagando por mantener el formato papel de ese libro, que (la verdad sea dicha) en el caso de esta editorial no me interesa [en papel solo me molesto en comprar buena Literatura, la de pasar el rato me la leo en el ordenador que para algo es más barato]; pero, incluso en el peor de los casos, no tiene nada que ver con otros precios que he visto rondando por ahí, que casi me dio un patatús cuando vi que me querían pedir más de once euros por La reina roja [este mundo está lleno de gente muy, muy feliz, ¿no creéis?].
En conclusión, vaya: que sigue sin gustarme que descargarme un documento me cueste siete euros, así que seguramente solo compre algún libro muy de vez en cuando o cuando me interese muy mucho (como La maldición del ganador, que le tengo echado el ojo), pero al menos ahora que sé de dónde sale ese precio puedo respetarlo en tanto que estrategia de mercado.
Como ya he dicho en otras ocasiones: me considero una persona razonable [al menos cuando alguien se molesta en explicarme las cosas].
Así pues, esta perra se retira. Por el momento.
Con amorr,
O.
Hola, soy la furcia de Ortiga (otra vez). Quizá me recuerden de otras entradas con esta temática como En el nombre del ebook y El silencio de los correos.
He venido hoy a retomar el tema que dejé abierto con mi última entrada. ¿Recordáis que había decidido interrogar a Plataforma Neo sobre su criterio a la hora de fijar el precio de los ebooks? Pues, en vista de mi insistencia, terminaron respondiendo. Y, si bien al principio el diálogo fue sin duda frustrante y sin propósito, al final dieron una respuesta con la que por el momento me daré por satisfecha.
Como el proceso por el que he llegado hasta esta información es bastante poco interesante, una conversación un tanto de besugo que no les hace ningún favor, lo omitiré. Os proporcionaré solo las conclusiones[si alguien está aburrido y quiere entrar a Twitter a buscar mis mensajes, se lo pondré fácil: van firmados con «Atte. una Mala Hierba», podéis usarlo como criterio de búsqueda en el cajetín del buscador].
Plataforma Neo declara que «Los costes se calculan por título, incluyendo todos sus formatos.» Traducido al castellano, esto viene a querer decir que el precio de un formato (en este caso el digital) puede utilizarse para compensar las pérdidas o la menor rentabilidad de otro formato (el físico).
En mi humilde e ignorante opinión, considero que esto tiene cierto sentido. Como siempre decimos desde el Jardín: las editoriales no son Hermanitas de la Caridad, son empresas, su objetivo es generar beneficios. Si un formato no resulta (lo suficientemente) rentable, no es sino lógico buscar estrategias alternativas que ayuden a rentabilizarlo. A bote pronto se me ocurren tres opciones muy sencillas: incrementar el precio, abandonar el producto o cubrir parte de los costes con la venta de otro producto más barato y/o con más salida.
Entiendo que Plataforma Neo no esté dispuesta a renunciar todavía al formato papel, dado que una buena proporción de su público meta consiste en enamorados de la literatura y otras Wannabes, que adoran el «olor a libro nuevo» y pasar las páginas y todas estas cosas [yo estoy internamente convencida, mal que me pese (y ojalá me equivoque, porque en realidad yo también soy una romántica y me gusta oler los libros), de que el libro físico está condenado a la extinción en última instancia, pero todavía tardará un poco]. Si incrementar el precio del formato papel no va a funcionar (porque sabemos que no va a funcionar [volvemos al ejemplo del cine]) y tampoco puedes deshacerte de él, apoyarlo con otros productos no me parece un idea tan descabellada.
Cabe decir que, dentro de lo malo, Plataforma Neo no parece estar incrementando tanto el precio de sus ebooks: siete euros son solo dos euros por encima de lo que a mí personalmente me parecería un límite razonable para el precio de un ebook per se. Siguen siendo dos euros que estoy pagando por mantener el formato papel de ese libro, que (la verdad sea dicha) en el caso de esta editorial no me interesa [en papel solo me molesto en comprar buena Literatura, la de pasar el rato me la leo en el ordenador que para algo es más barato]; pero, incluso en el peor de los casos, no tiene nada que ver con otros precios que he visto rondando por ahí, que casi me dio un patatús cuando vi que me querían pedir más de once euros por La reina roja [este mundo está lleno de gente muy, muy feliz, ¿no creéis?].
En conclusión, vaya: que sigue sin gustarme que descargarme un documento me cueste siete euros, así que seguramente solo compre algún libro muy de vez en cuando o cuando me interese muy mucho (como La maldición del ganador, que le tengo echado el ojo), pero al menos ahora que sé de dónde sale ese precio puedo respetarlo en tanto que estrategia de mercado.
Como ya he dicho en otras ocasiones: me considero una persona razonable [al menos cuando alguien se molesta en explicarme las cosas].
Así pues, esta perra se retira. Por el momento.
Con amorr,
O.